La educación menstrual busca dignificar las historias de mujeres que han vivido sus periodos menstruales desde el silencio, reinterpretar el ciclo menstrual y la reconciliación entre los cuerpos menstruantes y sus periodos, destacaron las estudiantes de la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Victoria González Herrera y Frida Sofía Salazar Arce, creadoras del proyecto de educación menstrual Marea Roja.
La educación menstrual es una propuesta de mujeres feministas de América Latina en donde se busca reivindicar la concepción cultural de lo que es la menstruación en temas tabús en que provoca infancias, adolescencias, mujeres y disidencias sexuales que vivan su periodo menstrual desde el rechazo.
En este sentido, Salazar Arce explicó que a través de Marea Roja busca generar cifras sobre las mujeres y personas menstruantes dentro de la Autónoma mexiquense, personas en situación de calle y privadas de la libertad para generar un mapeo que permita conocer cuántas mujeres en la entidad sufren pobreza menstrual.
«Para generar un primer mapeo, lo estamos llevando a cabo a través de un poemario que se llama lo que nunca me conté; su objetivo es mostrar, desde donde estamos escribiendo, qué es lo que hay detrás de cada una y une de nosotres como mujeres o personas menstruantes”, abundó.
Asimismo, González Herrera explicó que otra de las actividades que realiza Marea Roja para poder disminuir los índices de pobreza menstrual, dentro de los espacios universitarios colocaron dispensadores de toallas sanitarias en la facultad con el objetivo de ayudar al estudiantado que no cuentan con la posibilidad de adquirir insumos de gestión menstrual
De acuerdo con la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual en México realizada por El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Essity y la colectiva Menstruación Digna México, a nivel nacional 56 por ciento de mujeres y personas menstruantes refieren que en sus escuelas o lugares de trabajo no provee gratuitamente los productos de gestión menstrual.
“Es necesario visibilizar que en espacios académicos también existe pobreza menstrua. No podemos hablar de salud menstrual únicamente nombrando la gestión, es decir, los productos, sino que también el alumnado tiene un contexto particular que muchas ocasiones se ve atravesado por una cuestión económica y cultural”, enfatizó.
Ante esta problemática, Victoria González explicó que la pobreza menstrual, no solo es la falta de insumos de gestión menstrual, sino también la falta de infraestructura e información científica y contextualizada, ya que existe una brecha cultural entre poblaciones.
“Existe una normatividad menstrual, la cual nos dice que existe una forma de menstruar y que solo las mujeres son aquellas que menstruamos, invisibilizando a las disidencias sexuales, también nos dice que todas contamos con infraestructura para poder hacerlo de manera digna; además, normaliza el dolor menstrual; sin embargo, la menstruación no limita las actividades cotidianas. Todo ello puede generar una injusticia menstrual, que nos impide vivir en dignidad nuestro periodo”, afirmó.
En este sentido, Marea Roja busca que a través de un mapeo interno, la UAEMéx identifique las condiciones menstruales de cada espacio universitario y en este sentido conocer cuáles son las necesidades de cada espacio universitario, es decir, si colocar dispensadores de toallas sanitarias gratuitas o proveer información sobre salud menstrual, ya que cada espacio académico puede tener necesidades distintas.
“Hay espacios en donde las mujeres o disidencias de la diversidad sexual que tengan mayor recursos económicos para acceder a productos menstruales, pero quizá si necesitan información para cambiar la perspectiva de la menstruación. Un ejemplo de ello es que en un taller que realizamos en la Facultad de Ingeniería, que es un espacio mayoritariamente masculino, las compañeras nos mencionaron que quizás no hay carencias de productos, pero sí falta de información porque en la educación menstrual no hay que dejar de lado la sensibilización de los hombres para crear redes de apoyo”, afirmaron.
Como educadoras menstruales, Frida Salazar y Victoria González apuntaron que la educación menstrual debe de ser para toda la comunidad universitaria, ya que es necesario ser abordados dentro de los espacios académicos de la UAEMéx desde narrativas más igualitarias y empáticas.