Dos casos paradigmáticos de violación a derechos humanos en México.
Por Juan Carlos González Díaz, Presidente del Foro de Abogados Progresistas del Estado de México; A. C.
Este diciembre, se cumplen 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. Día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adopto dicha proclama, invitando a todos los Estados y organizaciones a que observen dicho día como: “Día de los Derechos Humanos”.
Esto viene a cuento porque para nadie es un secreto el serio problema de la violación a los derechos humanos en México, que ha recrudecido en las últimas décadas, y sin duda en el marco de la conmemoración de los Derechos Humanos en México, cobran especial relevancia dos casos paradigmáticos de violación a los derechos humanos de manera grave en nuestro país.
El primero es el caso de Ernestina Ascencio, mujer indígena de 73 años de edad, originaria de Tetlatzingo municipio de Soledad Atzompa de la Sierra de Zongolica en Veracruz. Quien fuera encontrada por su hija tirada en algún punto de dicha localidad el 24 de febrero del año 2007, y en la que un primer momento todo apuntaba a que había sido violada por elementos del ejército, según lo refirieron los propios familiares de la víctima:
“…difundida desde el primer momento por peritos y autoridades veracruzanas que han hablado de un crimen y de “un hecho aberrante… que no se puede soslayar” acompañada de declaraciones de familiares y autoridades municipales que acusan una violación tumultuaria realizada, presumiblemente, por militares en la zona….”(Aristegui noticia, Aritegui F. Carmen; 20/feb/2020).
Sin embargo, en un segundo momento, cambiaron los dichos de las autoridades a partir de la declaración del en ese entonces Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos José Luis Soberanes, quien establecía que dicha muerte fue estrictamente por razones médicas. Dando un giro de 360 grados a la investigación, declaraciones respaldadas por Felipe Calderón Hinojosa, quien era presidente de nuestro país en el 2008.
Hoy, trece años después a través del Subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas, se ha informado la reapertura de dicho caso, en razón de que esta última investigación realizada por la CNDH y con la cual se exculpa a los elementos del ejercicio de dicho ataque, ¿se hace necesario averiguar que paso en verdad?.
Otro caso es el de Rafael Mendez Valenzuela, quien lleva preso más de trece años, detenido en Valle de Bravo, acusado por delincuencia organizada, encarcelado en el penal de Guasave Sinaloa, siendo juzgado y condenado a 10 años de prisión, los cuales cumplió en 2018 y que pese a que se le habían practicado cuatro Protocolos de Estambul y todos ellos determinaron que había sufrido tortura, seguía preso debido a que en uno de los procesos se decidió que se debe reponer el procedimiento.
“Rafael Méndez Valenzuela fue detenido y encarcelado de forma injusta en enero de 2008, en Valle de Bravo, Estado de México, acusado de delincuencia organizada. Agentes federales y estatales lo torturaron durante seis horas para que firmara un documento aceptando que pertenecía al grupo criminal La Familia, según informó el pasado 1 de diciembre la periodista Judith Valenzuela, su madre..” (Infobae 11/dic/20).
Cabe mencionar que incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió al Estado Mexicano liberar a Rafael Méndez de inmediato y reparar el daño, lo cual ocurrió por la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador para que el hombre recuperara su libertad en menos de veinticuatro horas.
Dos casos emblemáticos que son un ejemplo de la situación que se vive respecto a violaciones de los derechos humanos en nuestro país, y donde el propio Estado Mexicano, a través de su máximo representante y su gobierno han reconocido los vicios que se arrastran desde el pasado. Teniendo que intervenir para resarcir los derechos violados y abrir nuevas investigaciones para determinar si hubo excesos o no, todo ello irónicamente el 10 de diciembre “Día de los Derechos Humanos”.