Establecimientos de la industria restaurantera en Toluca optaron por acatar la ampliación del semáforo rojo hasta el 17 de enero del año en curso derivada, por la alerta sanitaria por COVID-19, que tiene a la entidad con cifras rojas en contagios y saturación hospitalaria a nivel nacional como parte del movimiento “abrimos o morimos”.
La justificación del gremio restaurantero para desafiar las indicaciones de la autoridad es que el mayor número de contagios ocurre en fiestas caseras y entre el comercio informal, ya que los establecimientos aplican “sana distancia” y sanitización de los espacios.
A diferencia de restaurantes de la Ciudad de México que han desafiado a la autoridad, en la capital del Estado de México la mayoría de los establecimientos continúan operando dentro de las estipulaciones.
Cabe recordar que el día de antier, personal en general de restaurantes y bares salieron a manifestarse ante el amago de dueños de la industria restaurantera para cerrar las fuentes de trabajo de si no los dejan abrir, pese al riesgo de contraer COVID-19.
La Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem), suspendió e inició el procedimiento jurídico-administrativo para sancionar con hasta la clausura y multa por 10 mil UMAs (Unidad de Medida y Actualización) a un bar que se encontraba en funcionamiento en el centro de Toluca, a pesar de estar prohibida esta actividad al encontrarse la entidad en rojo en el semáforo epidemiológico, hasta el momento.