El insomnio es sumamente común durante la contingencia sanitaria por la COVID-19, ya que es una respuesta natural del organismo para adaptarse a una situación desconocida, afirmó la catedrática de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México, Xipatli Yasmín Salgado Jerónimo.
Durante el Facebook Live que realizó la Dirección de Desarrollo del Personal Académico (DIDEPA) de la UAEM, la ponente destacó que durante este confinamiento, la dificultad para iniciar el sueño o despertarse durante la noche es conocida como insomnio situacional y puede durar hasta seis meses; sin embargo, de prolongarse, puede convertirse en un trastorno de tipo crónico.
La especialista en Psicología y Ciencias de la Salud de la UAEM enfatizó que en cualquier momento de la vida es normal padecer algún tipo de trastorno del sueño, pero cuando es recurrente tiene como resultado bajo rendimiento laboral, irritabilidad, tristeza y agotamiento, entre otras consecuencias que menoscaban la calidad de vida de las personas.
Recomendó organizar las actividades del día, con el propósito de que al regreso de la contingencia sanitaria no se dificulten las tareas cotidianas; por tanto, deberían evitarse las siestas a mitad del día, ya que modifican el ciclo nocturno del sueño.
Xipatli Yasmín Salgado Jerónimo abundó que, en ocasiones, las dificultades para conciliar el sueño durante la vida adulta es consecuencia de una falta de disciplina y horarios para dormir en la niñez; por lo que subrayó la importancia de que los niños adquieran hábitos saludables.
Asimismo, sugirió acciones relativas a la higiene del sueño como evitar la ingesta de bebidas dos horas antes de dormir, particularmente de café, dejar de usar el celular y cualquier otro dispositivo electrónico media hora antes de descansar, distribuir las actividades y no postergar trabajos para la noche, así como realizar ejercicios de respiración y estiramientos de corta duración antes de dormir.