Confirma investigadora de UAEMéx: “somos lo que comemos”

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Se ha demostrado que las bacterias intestinales influyen en nuestro estado de ánimo y comportamiento, incluyendo depresión, ansiedad y trastornos alimentarios. El tipo de microbiota que se desarrolle y permanezca depende de nuestra dieta diaria o si enfermamos.

Patricia Vieyra Reyes y María Paula Bernal García, investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), en su artículo “Somos lo que comemos”, publicado en la revista Universitaria, afirman que somos holobiontes, pues estamos constituidos por millones de bacterias, arqueas, virus y hongos que integran más de 10 millones de genes. El 99 por ciento de los genes en nuestro cuerpo es de origen microbiano.

“La microbiota intestinal regula en gran medida nuestras defensas, la inmunidad, los procesos físicos y químicos para producir energía, el metabolismo, el procesamiento de alimentos y la síntesis de vitaminas.” Ya que puede producir y responder a neurotransmisores y hormonas secretadas por el huésped, tiene función endocrina y se considera un órgano virtual.

En el caso de neurotransmisores, la microbiota produce serotonina, que regula el sueño y disminuye la inflamación; dopamina, que contribuye al buen ánimo y provoca placer; noradrenalina, que nos mantiene activos, y GABA, que inhibe la excitación de las neuronas. También pueden controlar el comportamiento alimentario, al incentivar la liberación de hormonas que provocan o inhiben el hambre. El desequilibrio en la microbiota afecta a todo el organismo, concluyen las autoras.

Lee Universitaria (https://revistauniversitaria.uaemex.mx/) y revisa esta propuesta (https://revistauniversitaria.uaemex.mx/article/view/20559/15328)