El investigador Miguel Mayorga Rojas y los estudiantes Diego Armando Arellano Vázquez, Kathia Álvarez Benítez, Juan Antonio Arriaga Viveros y Adán Ramírez Sánchez, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México, desarrollaron un biopanel que permite transformar la radiación solar en energía limpia, mediante la aplicación de nanopartículas de carbono que al ser sintetizadas son solubles en agua.
El profesor universitario subrayó que el modelo industrial de este trabajo tecnológico de aplicación renovable está en proceso de obtener su patente y fue finalista del concurso internacional de la Fundación Hult Prize.
Explicó que las nanopartículas concentran la luz proveniente del sol, la convierten en energía y la trasmiten hacia el biopanel, donde finalmente es almacenada en una pila.
El también responsable del Laboratorio de Radiología, Nano-Fluidos y Micro-Fluidez de la Facultad de Ciencias de la UAEM detalló que el funcionamiento de este modelo es fortalecido con un sistema de algas que de forma natural produce calor.
El modelo, indicó, tiene un amplio potencial para su aplicación, por ejemplo, en la industria de la construcción o como un cogenerador de energía de sistemas productivos, por lo que ya despertó el interés de la Secretaría de Energía del gobierno federal, instancia ante la cual será presentado por segunda vez el próximo 19 de mayo.
Kathia Álvarez Benítez, estudiante de la Licenciatura en Biotecnología de la UAEM, explicó que su aportación fue en el cultivo de microalgas y exponenciar sus cualidades termodinámicas. En tanto, Adán Ramírez Sánchez consideró los beneficios de integrarse a proyectos científicos que amplían los conocimientos de su formación universitaria.
Cabe destacar que el concurso internacional de la Fundación Hult Prize es la competencia de emprendimiento social más importante del mundo. En este certamen, los universitarios mexiquenses se presentaron en la temática “Aprovecha el poder de la energía para cambiar la vida de 10 millones de personas”, en la cual las propuestas debían cumplir parámetros internacionales de factibilidad, impacto ambiental, sociales y de innovación.
* Fotografía ilustrativa.