A casi dos años de la implementación del programa ambiental en Toluca los resultados son escuetos por la falta de voluntad de los gobiernos (federal, estatal y municipal), y el sector empresarial que primero respaldó postergar la Ecozona y ahora exige la implementación inmediata del proyecto.
En el año 2014, Toluca incorporó la propuesta de estudio denominado “Diseño de Zonas de Control Vehicular”, presentada por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), a través de la Secretaría del Medio Ambiente de Gobierno del Estado de México y el Centro Mario Molina, A.C. Derivado de Ecozona, el cual consiste en la implementación, en un polígono determinado, de acciones orientadas a disminuir la congestión vehicular de automotores contaminantes, así como a mejorar el entorno, favoreciendo la peatonalización, el uso de la bicicleta y la movilidad sustentable.
Los siete ejes en los que se basa el proyecto son: Educación ambiental, movilidad inteligente, eficiencia energética, gestión de residuos, recuperación de espacios, desarrollo urbano y cero contaminación.
De manera general el concepto de Ecozona, basado en el concepto conocido en el mundo como “LEZ” o Zonas de Baja Emisión por sus siglas en inglés (Low Emission Zones), se caracteriza como un área geográficamente definida en donde, por sus condiciones demográficas de alta densidad poblacional, es primordial aplicar políticas públicas especiales de salvaguarda ambiental y protección a la salud.
Los objetivos los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) eran reordenar el transporte público, utilizar energías renovables, ofrecer alternativas de movilidad no motorizada, mejorar las prácticas del comercio e innovar en la planeación del territorio, acciones que han sido postergadas prácticamente desde la implementación del programa de manejo ambiental.
Entre las perspectivas a futuro incorporadas al proyecto están consolidar la continuidad del mismo, la comunicación interinstitucional, el marco regulatorio, la capacitación integral, el monitoreo y evaluación, el cambio de enfoque y apropiación del proyecto, la participación de la iniciativa privada y el desarrollo de nuevos programas con el enfoque de cuidado ambiental.
En el último reporte de la cooperativa alemana Desarrollo Sustentable en México GIZ señala que Toluca desde el 2015 a la fecha Toluca sólo utilizó 4 millones 383 mil dólares de los 15 millones de dólares etiquetados para implementar el programa ambiental, recursos provenientes de instancias internacionales, federales, estatales y, en menor medida, municipales.
Irritación en los ojos y de garganta, dolor de cabeza, resequedad en las fosas nasales y fatiga son algunos de los síntomas que padecen los pobladores de la capital del Estado de México, según encuestas no gubernamentales. Enfermedades como bronquitis y neumonía están relacionadas directamente con las partículas PM10 mientras los padecimientos cardiovasculares con las PM2.5.
La capital mexiquense y el Valle de Toluca han sido catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la segunda región más contaminada del país sólo detrás del Estado de Monterrey debido a que en la zona metropolitana en los primeros cuatro meses del año la calidad del aire que respiramos es mala, de acuerdo a reportes de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA).
Las partículas contaminantes con más presencia en el Estado de México son PM10 y PM 2.5 generadas por polvo de resuspensión, automotores y fuentes fijas; el monitoreo de la red indica que cuando el índice es de entre 51 y 100 puntos IMECA la calidad de aire es regular y las personas pueden realizar actividades al aire libre, pero con posibles molestias en niños y adultos mayores, pero si va de 105 y hasta 150 las condiciones son malas y ya se presentan efectos adversos en la salud.
La población más vulnerable a estos padecimientos son los niños con asma bronquial y adultos mayores, sobre todo los que sufren enfisema pulmonar, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, antecedentes de padecimientos cardiovasculares, embolias o trombosis.
Otra de las vicisitudes, que señalan expertos en la materia, es la construcción del Tren Interurbano Toluca-México; si bien, éste transporte representa una oportunidad contra la contaminación la falta de alternativas de movilidad sustentable anulan los beneficios pues el tiempo que le tomará a una persona llegar hasta una estación del tren será hasta tres veces mayor debido al tráfico vehicular actual que todo el viaje hasta la Ciudad de México.
Cabe recordar que las acciones de Ecozona forman parte del acuerdo internacional para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede atrás para el 2030, priorizando los objetivos del desarrollo sostenible.
Si quieres conocer todos los detalles del proyecto Ecozona Toluca visita el siguiente enlace:
http://www.ipomex.org.mx/ipo/archivos/downloadAttach/827587.web;jsessionid=AE6DC26F8B7CB963B16AB1BEC7D7F1B4